Donapelu

Historia

Carasa. El núcleo de Garris, anexionado modernamente a Saint-Palais, parece corresponderse a la Carasa de la vía romana entre Astorga y Burdeos y es anterior a Saint-Palais, como parece indicar su nombre primitivo de Iriberri.

Edad Media. Fue una villa de relativa importancia en la Merindad de Ultrapuertos navarra. En 1362 su concejo contribuyó con 100 florines a las arcas de Carlos II por excusar de ir a la guerra de Aragón a 20 de sus vecinos a los que correspondía acudir.

La "villanueva" y la Casa de la Moneda. A mediados del sigloXIV, cuando la localidad no sobrepasaba los 60 fuegos, la Monarquía navarra (Carlos II "El Malo") dio orden de efectuar "obras para fazer moneda en billa de Sam Pelay". El edificio destinado a tales fines fue la casa "clamada danguelua", es decir la casa noble de Angelu o "palacio de Angueloa de San Pelay". El Dr. Urrutibehety, al que seguimos (Amikuze. Le Pays de Mixe, Izpegi, 1992), localizó in situ los trabajos y principales muros de la construcción, pudiendo, asimismo, reconstruir el contorno y características de lo que fue la villa y confirmar su carácter de "villanueva" (iriberri). Esta villanueva, probablemente fundada por Sancho el Fuerte, se habría construido en la orilla alta del Bidouze. El diseño central, que aún puede apreciarse en el plano catastral de 1826, se detenía, por una parte al nivel de la plaza del Ayuntamiento, y por otra, en el cruce de los caminos de Saint-Jean-Pied-de-Port y de la casa Lahiria. La Casa de la Moneda significó la llegada de 60 obreros (homes, mugeres, mosos et mosas) y 40 acuñadores, a los que hay que añadir los oficiales de la cámara de maestría. Gestionó la puesta en marcha Peyrot de Garris. La calle o carrera del Rey era el eje de la villa; todas las restantes eran caminos, como "el de la moneda" que conducía a la Casa de la Moneda y acababa ante el foso. En cuanto al aprovisionamiento de los trabajadores de la Casa de la Moneda, que comenzó sus ensayos monetarios en 1352, se sabe que el trigo venía de Olite, vía Pamplona. El taller comenzó fabricando cuatro especies de oro y de plata, bajo la dirección del director, Barca Ysbara de Luca: 1.927.200 dineros carlines de plata del curso de un dinero tornés, 5.000 torneses gruesos de plata del curso de 12 dineros (un sueldo), 459 escudos de oro del curso de 16 sueldos, 1.500 florines de oro del curso de 20 sueldos (una libra).

Apeo de 1350-1353. En respuesta al apeo, los jurados y notarios de la villa recuerdan a las autoridades las penurias y mortandad producidas por la peste bubónica de los años 1348-1349. El capellán de Sillégue, residente en Saint-Palais, poseía los bienes de los huérfanos de Guillem Raymond de Sauveterre, muertos durante la epidemia. El encargado del peaje de la villa consignaba 23 fuegos que no pagaban la totalidad del impuesto de 8 sueldos; algunos pagaban uno, otros 5, otros 4, etc. Las casas declaradas miserables no podían pagar. Los jurados censaron 57 casas, sin contar las dos casas nobles de Angelu y Sala, la del prior y la del Rey, que no eran contribuyentes.

Fortificación de Saint-Palais. Durante el siglo XV, Blanca I ordenó que se mejoraran las defensas de la villa. Se hizo una canalización entre el foso que la rodeaba y el río Bidouze, con lo que se llenó de agua el primero (1438), y se establecieron palenques de cierre desde la puerta de la villa que miraba hacia Pamplona hasta la derecha de la casa de Moss Pes. Todo este celo por parte de la Corona así como el atributo de "villa real", la existencia de una calle "del Rey" y de una Casa "del Rey" avalan la tesis de Urrutibehety de que Saint-Palais (San Pelayo) fue una villanueva de fundación real. A ello añade Urrutibehety el escudo navarro de la villa coronado por una corona real, el prado y el monte de Sardasse del dominio real, así como el molino de Beotegi, el molino de la villa cedido a la comunidad, el peaje y el privilegio real de acuñar moneda.

Edad Moderna. Es al filo del siglo XV y tras la conquista de Navarra por Fernando el Católico, cuando Donapaleu conoce sus épocas de esplendor. El mercado y feria concedidos por Catalina de Navarra y Juan de Labrit en 1462 favorece el crecimiento de la población. Enrique II instala la Cancillería de Navarra en 1524, donde funcionará hasta 1624. Desde 1523 se reunieron los Estados de Navarra en la iglesia de San Pablo. Emitió moneda hasta 1672. En 1351 Pierre de Garris gestiona el establecimiento de una casa de moneda.

Priorato. Tuvo Saint-Palais un antiguo priorato y hospital, el de Santa Magdalena de Lagarraga. El titular, a su vez párroco de la localidad, tenía derecho de entrada a los Estados de Navarra. En ausencia del obispo de Dax, el prior presidía los Estados cuando éstos se reunían en Saint-Palais.

Casas nobles. Martin de Biscay cita como casas nobles la del vicecanciller, la del baile, la del abogado, la del procurador, la del secretario de Gensane y la del secretario de Erdy. Haristoy agrega la de la Salle de St-Palais, la de Anhetze y la de Angelu, cuyos señores tenían derecho de entrada a los Estados. Lagréze cita a Pierre de St-Palais y a Michel Larramendy, recompensado cada uno con una mesnada por servicios en Francia y en Normandía el año 1361. El mismo autor cita a Alexandre de St-Palais, "garde du corps" del rey (1422) y Bernard de Soyo, señor de la Salle de St-Palais.

Guerras de Religión. Saint Palais se vio sometida durante largos años a los desórdenes de las guerras religiosas del siglo XVI. Juana de Albret envió a la villa a los ministros La Rive y Tartas. Los hijos de este último fueron educados en las escuelas de la Baja Navarra para introducir allí la Reforma. Los ministros tenían orden de predicar en las iglesias. Un "manifiesto de los gentilhombres de la Baja Navarra y del pueblo, que tomaron las armas para la defensa de la religión católica y de sus privilegios, contra el establecimiento de la religión católica que se pretende reformada", publicado el 24 de marzo de 1568, nos da cuenta que en Saint Palais hubo una tentativa de bautizo a la moda calvinista. La primera sublevación católica se produjo en 1567. Los coaligados se reunieron en Saint-Palais y expulsaron al ministro La Rive, al que llevaron prisionero, siguiendo luego hacia Garris a la que pusieron sitio. Sin embargo, estas operaciones no tuvieron éxito y el futuro rey Enrique, enviado por la reina, fue bien acogido por la población. Al año siguiente la reina presidía en Saint-Palais la apertura de los Estados de Navarra. Varios insurgentes fueron ejecutados. Ese mismo año se reanudaban las banderías católicas. A la persuasión siguió la violencia. Las tropas de Juana de Albret, bajo la dirección de Montgommery, penetraron en la región, en 1570, se apoderaron de los castillos de Mauléon y de Garris e incendiaron Saint Palais. Al mismo tiempo que se llevaban a cabo estas acciones militares en Zuberoa y la Baja Navarra, la reina no dejaba de dictar nuevas ordenanzas; unas desposeían de las prebendas a los curas católicos, otras ordenaban la destrucción de los altares y las imágenes, prohibían a los eclesiásticos la predicación y les obligaban a asistir a las predicaciones reformadas con el objeto de "extirpar completamente la idolatría romana". Para ganar a los Estados de Navarra, la reina Juana envió de Lectoure (capital de Armagnac), el 12 de febrero de 1572, una comisión con la orden de hacer leer, publicar y registrar en todo el reino las ordenanzas concernientes a la religión, "ya que Diosha querido -decía- purificar su reino de la idolatría y extirpar los falsos cultos de la religión romana, para establecer el suyo, como está prescrito por su palabra". Durante la sublevación subsiguiente, encabezada, entre otros, por los señores de Luxe, de Domezain, de Armendaritz y de Echaux, Saint Palais fue escenario de la ejecución de los cabecillas en la plaza pública además de saqueos e incendios. El año 1583, el vizconde de Méharin, juez del país de Mixe y gobernador del lugar, quiso establecer una nueva imposición. Los católicos de Saint Palais no se sometieron y Méharin llamó al capitán Du Laur que estaba en campaña en la Gascuña con 600 caballeros. Un señor de los alrededores llamado Etchebarne, lo introdujo en la Baja Navarra. Saint Palais fue saqueado y la Casa de la Moneda robada. Muchos consejeros de la corte de Navarra fueron hechos prisioneros. Entre ellos se hallaba Eneco de Sponde, antiguo secretario de Juana de Albret, padre de Jean, consejero del rey en la Rochela, y de Henri de Sponde, obispo de Pamiers.

Período revolucionario. Saint Palais, llamado Mont-Bidouze, desde el 25 de diciembre de 1792 hasta el 21 de marzo de 1795, fue cabeza de distrito, con su directorio, sus sociedades populares y otras instituciones revolucionarias análogas. Era párroco del lugar Raymond d'Etchevers de Iholdy, que desde 1791 dejó de tomar el título de prior y juró la constitución civil del clero. Los revolucionarios, que abundaban en Saint Palais, hicieron una brillante recepción al obispo constitucional Sanadon en su visita pastoral a la villa. Se sabe que los vascos afectos a la Revolución formaron, a pesar de las reticencias francesas, unas milicias propias llamadas "compañías francas" que dominaron la situación de modo que los sacerdotes y nobles se vieron obligados a emigrar en masa. En 1790, Saint Palais fue constituido en cabeza de distrito, compuesto por los cantones de Bidache, Came, Garris, Iholdy, Larceveau, Ossés, St-Etienne de Baigorri, San Juan de Pie de Puerto y St-Martin de Arberoue. El cantón de Saint-Palais se componía a su vez de las comunas de Aïcirits, Amendeuix-Oneix, Arberats-Sillegüe, Arbouet-Sussaute, Béhasque-Lapiste, Camou-Mixe, Suhast, Gabat, Ilharre, Larribar-Sorhapuru, Orsance, Saint-Palais y Uhart-Mixe. [-H].

Guerras napoleónicas. Por una orden prefectoral del 1.° de julio de 1813 se organiza la guardia nacional sedentaria en los cantones de San Juan de Pie de Puerto, Saint-Etienne-de-Baigorry, Iholdy y Saint Palais, para tomar medidas de seguridad ante la entrada desorganizada del ejército francés y la proximidad de las fuerzas enemigas. El 16 de febrero de 1814 el ejército angloportugués entraba en Saint-Palais y restauraba los puentes que había destruido el ejército francés en su huida. Entre esta localidad y Mauléon los guardias nacionales tomaron posiciones para la defensa. El comportamiento de los ingleses en este municipio durante su ocupación fue muy bueno, pero cuando éstos tuvieron que seguir hacia Mauléon fueron reemplazados en esta plaza por los españoles, que desvalijaron numerosos hogares.

Belle Epoque. El gusto por el excursionismo y la moda vascófila hicieron que se descubriera esta pintoresca villa en la que el mundo rural ofrecía el atractivo de "lo vasco" junto a cierta oferta turística por medio de un Sindicato de Iniciativa. Así se edificó un célebre trinquete con la colaboración de Eiffel, se desarrollaron deportes acuáticos en el Bidouze, concursos de pesca, carreras de caballos en el hipódromo (Mixe se convierte en la primera región del Estado francés para la cría de angloárabes), excursiones a las cuevas de los Arbailles, Belhy, Atekondua, caza de jabalíes, excursiones al Baztán por Izpegi. Estudiosos y estudiantes colaboraron -Broussain, Lacombe, Saint Jayme, etc.- en el periódico local y el euskera comienza a aflorar en el mismo.

La Gran Guerra. Primero la acogida y socorro a los refugiados del Norte, luego a los numerosos heridos, la conscripción, la deserción y los muertos de la zona, la Gran Guerra hubiera paralizado Saint-Palais sin la decidida actividad de las mujeres que abrieron talleres de confección y atendieron a los caídos en el hospital abierto en las casas Laguardette y Pradet con 50 camas.

Ocupación alemana. Durante la II Guerra Mundial y al establecerse la partición del territorio del estado francés por medio de la demarkationslinie (22 de junio de 1940), Saint-Palais quedó bajo directa administración de la Werchmatch siendo sede de una Kommandantur. La línea de demarcación pasaba por el borde E. de la comuna prosiguiendo hacia Sauveterre y Arnéguy. 

Fuente: http://www.euskomedia.org/aunamendi/27336

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